Siervo de Dios Juan Pablo II



Biografía
Su Santidad Juan Pablo II nació el 18 de Mayo de 1920 en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 km. de Cracovia. El 20 de Junio del mismo año fue bautizado con el nombre de Karol Josef Wojtyla, en la Iglesia de Santa María (formalmente llamada: Iglesia de la Presentación de la Santísima Virgen María). Su padre, (también llamado Karol) era oficial subalterno del ejército polaco; su madre, Emilia Kaczorowska, había sido maestra de escuela y costurera. El pequeño Karol era el segundo hijo de este matrimonio; su hermano Edmund era 15 años mayor que él. Curiosamente, “Lolek” (apodo que recibiera de su madre y más tarde de sus compañeros de clase), el niño que 58 años después habría de ser elegido Papa, nace en la calle “Iglesia” número 7. Muy cerca de su sencillo hogar, se encuentra la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

En el tiempo en que nace Su Santidad, Wadowice tenía una población de aproximadamente 8,000 habitantes. Sin embargo, cultural e intelectualmente, era una ciudad sofisticada. La pequeña metrópolis tenía reputación por la sobresaliente educación de sus niños y jóvenes. Contaba con numerosas parroquias, dos conventos, dos monasterios, tres bibliotecas públicas, y dos teatros. Cabe destacar que el teatro popular en Wadowice, durante la juventud de Juan Pablo II, fue reconocido nacionalmente por sus excepcionales producciones (en parte por la contribución del joven ̈Lolek̈). En su juventud Karol Wojtyla formó parte de un grupo dramático llamado "Teatro Rapsódico", dirigido por su amigo e instructor teatral, Kotlarczyk.

La vida del Santo Padre fue marcada por el sufrimiento desde temprana edad. A los nueve años sufre la pérdida de su madre, quien fallece el 13 de Abril de 1929. Su padre asume la crianza de sus dos hijos, siendo un hombre en quien se conjugaban la rigidez militar y una profunda vida espiritual. El mismo año en que muere su madre, en el mes de mayo, Karol recibe su Primera Comunión; desde ese día comenzó a asistir a la Santa Misa a diario con su papá, costumbre que nunca abandonó a lo largo de su vida. El Papa Juan Pablo II no ha dejado de recibir la Sagrada Eucaristía desde el día en que el Señor visitó su corazón por primera vez en este Sacramento. Del mismo modo, el día de su Primera Comunión le fue impuesto el escapulario, y desde entonces siempre ha llevado consigo este sacramental, como signo de su amor filial a la Santísima Virgen María. 

La fe en el hogar Wojtyla estaba sellada y centrada en el corazón, en la vivencia de la doctrina católica. Ya siendo Papa, Juan Pablo II escribiría acerca de su padre, que ̈su sólo ejemplo era suficiente para inculcar disciplina, y un fuerte sentido de responsabilidad. Pero lo que más tocaba el pequeño corazón de "Lolek" era ver a su padre de rodillas, en oración. En 1931 ambos se van en una peregrinación a Czestochowa, con el fin de visitar la imagen de la patrona de Polonia:"la Madonna Negra".

Un año después, el 4 de diciembre de 1932, muere su hermano Edmund, a causa de una epidemia de escarlatina en el hospital donde ejercía como médico. Su epitafio le describe como "víctima de su profesión, el cual sacrificó su juventud al servicio de la humanidad". Este triste evento fue un terrible golpe para Karol. El Santo Padre ha dicho que la muerte de su madre dejó una profunda huella de dolor en su corazón, pero la de su hermano fue quizás más dolorosa debido a las dramáticas circunstancias en que aconteció, y en vista de su mayor madurez de entonces.

Un autor reciente nos dice que "la fortaleza y la grandeza de Juan Pablo II se nutren, inevitablemente, de su continuo contacto con el sufrimiento y sobre todo de su modo de aceptarlo y crecer en él".

De joven, el futuro Pontífice mostró una gran inquietud por el teatro y las artes literarias polacas. Tanto, que aún en el colegio pensaba seriamente en la posibilidad de continuar estudios de filología y lingüística polaca, pero un encuentro con el Cardenal Sapieha durante una visita pastoral, le hizo considerar seriamente la posibilidad de seguir la vocación que tenía impresa -entonces aún sin develarse plenamente- en el corazón: el sacerdocio.

Al desatarse la segunda guerra mundial los alemanes cerraron todas las Universidades de Polonia con el objetivo de invadir no sólo el territorio sino también la cultura polaca. Frente a esta situación Karol Wojtyla con un grupo de jóvenes organizaron una Universidad clandestina en donde estudió filosofía, idiomas y literatura. Poco antes de decidir su ingreso al seminario, el joven Karol tuvo que trabajar arduamente como obrero en una cantera. Según relata el hoy Pontífice, esta experiencia le ayudó a conocer de cerca el cansancio físico, así como la sencillez, sensatez y fervor religioso de los trabajadores y los pobres.
En 1942 ingresó al Departamento teológico de la Universidad Jaguelloniana. Durante estos años tuvo que vivir oculto, junto con otros seminaristas, quienes fueron acogidos por el Cardenal de Cracovia.

El 1 de Noviembre de 1946, a la edad de 26 años, Karol Wojtyla fue ordenado sacerdote en el Seminario Mayor de Cracovia y celebró su primera Misa en la Cripta de San Leonardo en la Catedral de Wawel. Al poco tiempo obtuvo la licenciatura de Teología en la Universidad Pontificia de Roma Angelicum y más adelante se doctoró en Filosofía. Durante algún tiempo se desempeñó como profesor de ética en la Universidad Católica de Dublin y en la Universidad Estatal de Cracovia, donde interactuó con importantes representantes del pensamiento católico polaco, especialmente de la vertiente conocida como "tomismo lublinense".

El 23 de Setiembre de 1958 fue consagrado Obispo Auxiliar del Administrador Apostólico de Cracovia, Monseñor Baziak, convirtiéndose en el miembro más joven del Episcopado Polaco. Participó en el Concilio Vaticano II, donde participó activamente, especialmente en las comisiones responsables de elaborar la Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium y la Constitución conciliar Gaudium et Spes. Durante estos años, el entonces Obispo Wojtyla combinaba la producción teológica con una intensa labor apostólica, especialmente con los jóvenes, con quienes compartía tanto momentos de reflexión y oración como espacios de distracción y aventura al aire libre.

El 13 de Enero de 1964 falleció Monseñor Baziak por lo que Mons. Wojtyla ocupa la sede de Cracovia como titular. Dos años después, el Papa Pablo VI convierte a Cracovia en Arquidiócesis. Durante su labor como Arzobispo, el futuro Papa se caracterizó por la integración de los laicos en las tareas pastorales, la promoción del apostolado juvenil juvenil y vocacional, la construcción de templos a pesar de la fuerte oposición del régimen comunista, la promoción humana y formación religiosa de los obreros y el aliento del pensamiento y las publicaciones católicas.

En Mayo de 1967, a los 47 años de edad, el Arzobispo Wojtyla fue creado Cardenal por el Papa Pablo VI. En 1974 el nuevo Cardenal ordenó a 43 nuevos sacerdotes, en la ordenación sacerdotal más numerosa desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. En 1978 muere el Papa Pablo VI y es elegido nuevo Papa el Cardenal Albino Luciani de 65 años quien tomó el nombre de Juan Pablo I. El "Papa de la Sonrisa", sin embargo, fallece a los 33 días de su nombramiento. El 15 de octubre de 1978, luego de un nuevo cónclave, el Cardenal polaco Karol Wojtyla es elegido como el sucesor de San Pedro, rompiendo con la tradición de más de 400 años de elegir Papas de origen italiano. El 22 de Octubre de 1978 fue investido como Sumo Pontífice asumiendo el nombre de Juan Pablo II. Muere el día 2 de abril del 2005.

“Totus Tuus, María”
“Pongo todo mi Pontificado en tus manos, María”


Kalvaria
Crucial en la espiritualidad mariana de S.S. Juan Pablo II.

La historia afirma que, a comienzos del siglo XVII, Mikolaj Zebrzydowski, fundador del santuario, puso los cimientos para construír la capilla del Gólgota, según el modelo de la iglesia de la Crucifixión de Jerusalén. De este modo, deseaba sobre todo hacer que el misterio de la pasión y muerte de Cristo fuera más cercano a sí mismo y a los demás. Sin embargo, más tarde, proyectando la construcción de las calles de la pasión del Señor, desde el cenáculo hasta el sepulcro de Cristo, impulsado por la devoción mariana y la inspiración de Dios, quiso poner en aquel itinerario algunas capillas que evocaranlos acontecimientos de la vida de María. Así surgieron otros senderos y una nueva práctica religiosa, en cierto modo como complemento del vía crucis: la devoción llamada vía de la compasión de la Madre de Dios y de todas las mujeres que sufrieron juntamente con ella. Desde hace cuatro siglos se suceden generaciones de peregrinos que recorren aquí las huellas del Redentor y de su Madre, tomando abundantemente de ese amor que resistió a los sufrimientos y a la muerte, y culminó en la gloria del cielo.

“Mi devoción mariana estuvo relacionada estrechamente con la dimensión cristológica. En esta dirección me iba educando en el santuario de Kalwaria.” (JPII)


Oración a Nta. Señora de Kalwaria por SS Juan Pablo II (Julio 2002)

“Dirige, oh Señora de las gracias, tu mirada a este pueblo que desde hace siglos permanece fiel a ti y a tu hijo. Dirige la mirada a esta nación, que siempre ha puesto su esperanza en tu amor de Madre. Dirige a nosotros la mirada, de esos tus ojos misericordiosos, y obténnos lo que tus hijos más necesitan. Abre el corazón de los ricos a las necesidades de los pobres y de los que sufren. Haz que los desempleados encuentren trabajo. Ayuda a los que se han quedado en la calle a encontrar una vivienda. Dona a las familias el amor que les permite superar todas las dificultades. Indica a los jóvenes el camino y las perspectivas para el futuro. Envuelve a los niños con el manto de tu protección, para que no sufran. Anima a las comunidades religiosas con la gracia de la fe, la esperanza y la caridad. Haz que los sacerdotes sigan las huellas de tu Hijo dando cada día la vida por las ovejas. Obtén para los obispos la luz del Espíritu Santo, para que guíen a la Iglesia en estas tierras hacia el Reino de tu Hijo por un camino único y recto.

Madre Santísima, nuestra Señora de Kalwaria, obtén también para mí las fuerzas del cuerpo y del espíritu, para que pueda cumplir hasta el fin la misión que me ha encomendado el Resucitado. En ti pongo todos los frutos de mi vida y de mi ministerio; a ti encomiendo el destino de la Iglesia, a ti entrego mi nación; en tí confío y te declaro una vez más: Totus Tuus, María! Totus Tuus!
Amén”.

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