Madre de Dios de Kazan

MADRE DE DIOS DE KAZAN
El mas venerado por los ortodoxos rusos
¡Vuelve a Rusia!

El icono de la Madre de Dios de Kazan, el mas venerado por los ortodoxos rusos, tiene sus orígenes en el siglo XVI.

Se cuenta que en 1579, se incendió en Kazán la casa de una niña de nueve años llamada Matrona. Ella tubo un sueño y vio la imagen de la Virgen María y una voz le pedía que recuperara un icono sagrado bajo las cenizas.

La niña obedeció y encontró el icono envuelto en un antiguo lienzo, bajo una estufa. Se piensa habría sido enterrado durante la persecución de los tártaros contra los cristianos en el siglo XIII. La imagen fue trasladada triunfalmente a la cercana iglesia de San Nicolás y mas tarde a la Catedral de la Anunciación. Allí se hizo famoso por las numerosas curaciones.

En el centenario de la recuperación del icono, 1679, se construyó un templo en honor al icono en Kazán. Sin embargo, allí se instaló una copia. Desde la victoria rusa sobre los polacos, el icono original se retuvo en Moscú.

A la Virgen de Kazán se le conoce como “La Liberadora y Protectora de la Santa Madre Rusia" y se pide su auxilio en las crisis de la nación. Se le atribuye la victoria rusa sobre Napoleón.

En 1821 el icono pasó a la Catedral de Kazán. A mediados del siglo se le dió un remozado en oro y piedras preciosas. Ya en esa época habían varias copias del ícono.

Al caer Rusia en el comunismo, en 1917, la Iglesia fue perseguida y la catedral de Nuestra Señora de Kazán fue convertida en un museo. En 1918 el gobierno llevó el icono a Moscú donde desapareció para aparecer con el tiempo en manos privadas de un magnate en Inglaterra. Sean cual fuesen los motivos del exilio del Nuestra Señora de Kazán, este sirvió providencialmente para que se salvara.

La iglesia ortodoxa trató de comprarlo pero sin éxito. En 1970 lo compró en subasta el Ejército Azul, organización católica mariana dedicada a promover los mensajes y la espiritualidad de la Virgen en Fátima. En Fátima la Virgen pidió que rezáramos por la conversión de Rusia y prometió que al final su Corazón Inmaculado triunfará. La intención del Ejército Azul era devolver la imagen a Rusia cuando se diera ese triunfo. Mientras tanto, el Ejército Azul hizo posible la veneración pública del icono ruso y organizó una gran campaña de oración por todo el mundo siguiendo las peticiones de Fátima. 

El icono de la Madre de Dios de Kazán hizo en manos del Eajército Azul un recorrido por Estados Unidos y después permaneció en la hermosa capilla bizantina del hotel Domus Pacis que el Ejército Azul le construyó justo detrás del santuario de la Virgen de Fátima. En 1993 entregaron el icono a Juan Pablo II, pasando así a los apartamentos papales por mas de 10 años. El Papa tenía el ardiente deseo de ir a Rusia y entregárselo personalmente al patriarca ortodoxo ruso de Moscú.

No pudiendo lograrse su sueño de ir a Rusia, el Papa decidió enviar el icono a "nuestro hermano el patriarca Alejo II y a través de él a la santa Iglesia ortodoxa rusa y a todo el pueblo ruso". El 25 agosto del 2004, después de un solemne acto de despedida y veneración al que asistieron 7000 peregrinos, Juan Pablo II entregó a una delegación vaticana el icono de la Madre de Dios de Kazan para que lo lleve el 28 de agosto al patriarca ruso.

Juan Pablo II, en la homilía del acto de despedida del icono, dijo que «desde el comienzo deseé que este icono regresara al suelo de Rusia». Desde hace más de diez años, «ha estado a mi lado y me ha acompañado con su mirada maternal mi servicio cotidiano a la Iglesia. Cuántas veces, desde aquel día, invoqué a la Madre de Dios de Kazan, pidiéndole que proteja y guíe al pueblo ruso que le es devoto, y que llegue cuanto antes el momento en el que todos los discípulos de su Hijo, reconociéndose hermanos, sepan recomponer en plenitud la unidad perdida» El Papa pidió que la Virgen regrese en medio de los hermanos y hermanas de la santa Rusia como mensajera de comunión y de paz... que apresure el momento de la plena unidad entre Oriente y Occidente, de la plena comunión entre todos los cristianos... 

El Papa añadió "Incluso cuando fuerzas adversas se ensañaron contra la Iglesia (rusa) y trataron de cancelar de la vida de los hombres el nombre santo de Dios, aquel pueblo siguió siendo profundamente cristiano, testimoniando en muchos casos con la sangre la fidelidad al Evangelio y a los valores que inspira"

El regreso del icono de La Madre de Dios a Kazan nos recuerda las promesas de la Virgen en Fátima: "Al final mi Inmaculado Corazón triunfará". El trabajo del Ejército Azul en torno al sagrado icono es un testimonio del esfuerzo que la Virgen nos pide para que cooperemos en su triunfo.


El Papa compuso para la despedida de la Madre de Dios de Kazan una oración leída en ruso.

Gloriosa Madre de Jesús, que avanzas ante el pueblo de Dios en los caminos de la fe, del amor y de la unión con Cristo (Cf. «Lumen gentium», 63), ¡bendita seas!
Te llaman bienaventurada todas las generaciones porque ha hecho en tu favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre (Cf. Lucas 1, 48-49).

Bendita seas y honrada, Madre, en tu Icono de Kazan, en el que desde hace siglos estás rodeada por la veneración y el amor de los fieles ortodoxos, convirtiéndote en protectora y testigo de las obras particulares de Dios en la historia del pueblo ruso, muy querido por todos nosotros.

La Providencia divina, que tiene la fuerza de vencer al mal y de sacar el bien incluso de las malas obras de los hombres, hizo que tu santo icono, desaparecido en tiempos lejanos, volviera a aparecer en el santuario de Fátima, en Portugal. Sucesivamente, por voluntad de personas que te tienen devoción, fue acogido en la casa del sucesor de Pedro.

Madre del pueblo ortodoxo, la presencia en Roma de tu santa imagen de Kazan nos habla de una unidad profunda entre Oriente y Occidente, que permanece a pesar de las divisiones históricas y de los errores de los hombres.

Te elevamos ahora con especial intensidad nuestra oración, Virgen, mientras nos despedimos de esta sugerente imagen tuya. Con el corazón, te acompañaremos por el camino que te llevará hacia la santa Rusia. Acoge la alabanza y el honor que te rinde el pueblo de Dios que está en Roma.

Bendita entre todas las mujeres, al venerar tu icono en esta ciudad, marcada por la sangre de los apóstoles Pedro y Pablo, el obispo de Roma se une espiritualmente a su hermano en el ministerio episcopal, que preside como patriarca la Iglesia ortodoxa rusa. Y te pide, Madre Santa, que intercedas para que apresure el momento de la plena unidad entre Oriente y Occidente, de la plena comunión entre todos los cristianos.

¡Virgen gloriosa y bendita, señora, abogada y consoladora nuestra, reconcílianos con tu Hijo, encomiéndanos a tu Hijo, preséntanos a tu Hijo! Amén.

-Oración: Traducción del ruso realizada por www.zenit.org  ZS04082502

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