San Odilón, abad
de Cluny
Quinto abad de Cluny
962- +Diciembre, 1048.
Nació en la nobleza de Auvergne. En su juventud entró en el
seminario de S. Julien en Brioude. En 991 entró en
Cluny y antes de
finalizar su año de probación fue nombrado coajutor al abad Mayeul a
quien sucedió en el 994, recibiendo las órdenes sagradas.
El rápido desarrollo del monasterio
de Cluny bajo su gobierno se debe en gran parte a su amabilidad,
caridad y talento administrativo. En la base de todo está su vida de
oración y penitencia, su celo por la observancia de la Sagrada
Liturgia y el espíritu monástico. Fomentó el estudio en los
monasterios y le pidió al monje Radolphus Glaber que escribiera la
historia de su tiempo. Construyó magníficos edificios en el
monasterio.
En el tiempo de Alfonso VI el
monasterio se extendió a España ya que los monasterio españoles
reformados y recién fundados se hicieron dependientes de Cluny. San
Odilio preparó así el camino para la unificación de monasterios que
ocurrió bajo el abad San Hugo.
Por su servicio a la reforma de
monasterios, Fulbert de Chartres llamó a S. Odilón el "Arcangel de
los Mones". El número de monasterio creción de 37 a 65. De estos, 5
eran nuevos y los restantes entraron en el movimiento de reforma.
S. Odilón mantuvo una cercana relación con papas, obispos y reyes.
Viajó nueve veces a Italia donde participó en varios sínodos.
Los papas Juan XIX y
Benedicto IX le ofrecieron el episcopado de Lyon, Francia pero el lo
rehusó. En 998 mantuvo buenas relaciones con el Emperador Otto III.
También tenía buenas relaciones con Enrique II
quien le ayudó en la reforma de los monasterios.
En Alemania la reforma de Cluny no tuvo éxito permanente porque los
monjes allá eran propensos al individualismo.
Odilón trabajado desde 1041 por la
llamada "Paz de Dios" (Treuga Dei). Durante la gran hambruna de esa
época, particularmente 1028-33, salvó a miles de la muerte por su
caridad dinámica.
Estableció la
conmemoración de los difuntos en la liturgia (2 de noviembre) en Cluny y
sus
monasterios. Después la fiesta fue adoptada para toda la Iglesia.
Solo quedan pocos de sus escritos.
Se preocupó por la reforma de la Iglesia, restaurando la vida de
oración litúrgica, defendiendo el celibato, fomentando el matrimonio
sacramental entre los laicos, combatiendo la simonía. La Santa Sede
podía confiar en los monjes de Cluny para la reforma.
San Odilón murió mientras visitaba el monasterio de Souvigny donde
fue enterrado y pronto venerado como santo.
En 1063 Pedro Damien promovió el
proceso de canonización y escribió una corta historia del santo.
En 1793 los adheridos a la Revolución
Francesa quemaron las reliquias de San Odilón junto con las del abad
Mayeul, "en el altar de la patria". La misma
revolución se encargó de destruir el gran monasterio de Cluny que
tanto bien hacía a la humanidad.